miércoles, 30 de mayo de 2012

Flores para Algernon

¿Tenéis pañuelos a mano? Bien, espero que estéis preparados para llorar.




Flores para Algernon de Daniel Keyes es la historia de Charlie Gordon. Charlie es un joven con discapacidad intelectual que se ofrece voluntario para someterse a una operación experimental para aumentar su inteligencia.
La operación resulta un éxito, pero Charlie descubrirá, como en  otras tantas historias, que todo lo que se consigue tiene un coste, un doloroso coste.
Daniel Keyes usa la narración epistolar, usando  el diario de Charlie como instrumento de narración,  lo que le permite mostrarnos la evolución psicológica e intelectual del protagonista en esta novela de ciencia ficción soft para lectores de 12 o más años.

domingo, 27 de mayo de 2012

Promethea

"Si no existiera, tendríamos que  inventarla"
Portada del Nº1, realizada por Alex Ross
De vez en cuando, cuando sufro una caída de ánimo o me apetece reencontrarme con una vieja amiga, releo a Promethea:


Promethea es un  cómic creado por Alan Moore y J. H Williams 3 en 1999 y perteneciente a la colección de cómic 'American Best Comics'  que el señor Moore creó para guionizar a sus anchas tras pelearse con las más importantes editoriales de superhéroes de este lado del mundo.








Sophie Bangs es una joven estudiante que hace una tesis sobre folclore, al hacer una entrevista sobre Promethea algo sale mal y acaba convertida en el mito que originariamente estaba investigando. Suena simple ¿verdad? Existen medio millón de personajes de cómic que nacieron con esta premisa.




Portada en la que J.H Williams 3 homenajea a Terry Gilliam. Muchas de las portadas de Promethea son homenajes a artistas que incluyen a  Dalí, Mucha, Van Gogh y Robert U. Pickman. En la road-movie que hacen las protagonistas a través de de Kabbalah, y que abarca 11 números, cada séfirot corresponde a un cómic que tiene un estilo artístico que se adecua  al contenido simbólico de la séfirot.














Pero hablamos de Alan Moore (Quien no conozca a Alan Moore que clique en su nombre, se pasara media página de Wikipedia diciendo "¿pero eso lo hizo él?". Sí, lo hizo él, lo hizo antes que nadie y, muy probablemente, mejor que nadie), a través de los 32 números ( y esta cifra no es casualidad) asistiremos a las aventuras de una science heroe, un curso acelerado de magia, una revisión del significado del Tarot, un viaje por la Kabbalah... y al Apocalipsis con la visita de Tom Strong  y los protagonistas de Tomorrow Stories.


Y, a continuación, dos de mis páginas favoritas:





-Oh, no. Oh, no
-Sí. Sabes, la crucifixión no era ejecutar a cualquiera.
Era algo que le harías a un perro


-Oh, Dios. Oh, Dios. No puedo mirar...
-A un perro, tía. A un j**ido perro
Era degradante. Era humillante..


Y se lo hicieron a Él. A Él. ¿Entiendes?
-Entiendo. Con ladrones. Oh dios lo entiendo.



-Nuestro punto más elevado. lo mejor de nosotros. El Oro
Y está clavado, agonizando, en la cruz del mundo.
Ahí arriba estamos nosotros


-Pero incluso abajo, en el último culo de Auschwitz de lo que somos y hacemos los humanos...
...nuestro punto más elevado está con nosotros.


-Hay Luz.Recordarlo siempre
Hay Luz en el fondo
(Traducción de Gonzalo Quesada)

sábado, 26 de mayo de 2012

Marin Sorescu. Poemas

Los sábados por la tarde tendrían que ser siempre maravillosos y felices, pero hoy el mío se ha nublado, así que he decidido meterme en mi micromundo y refugiarme en un reciente descubrimiento: Marin Sorescu. 


Y es que sus versos son sonrisas tristes que deshacen el nudo de mi garganta, sueltan mis lágrimas y las transforman en un destello. 


Además, el libro me lo ha regalado una gran amiga. Va a ser cierto eso de que todo llega en el momento perfecto.


HE VENDADO

Vendé los ojos de los árboles
Con un pañuelo verde
Y dije: búsquenme.

Y los árboles me hallaron en seguida
Con una carcajada de hojarasca.

Vendé los ojos de los pájaros
Con pañuelo de nubes
Y dije: búsquenme.

Y me hallaron los pájaros
Con un trino.

Vendé los ojos de la tristeza
Con una sonrisa,
Y me halló la tristeza al día siguiente
En un amor.

Vendé los ojos del sol
Con mis noches
Y dije búsquenme.

Ahí estás, dijo el sol,
Detrás de ese tiempo,
No te ocultes más.

No te ocultes más
Me dijeron todas las cosas
Y todos los sentimientos
A los que intenté vendar los ojos.

viernes, 25 de mayo de 2012

La Folie Baudelaire


Por fin comienza la Feria del Libro, este año dedicada a Italia, y no puedo más que elegir una joya de reciente publicación como La folie Baudelaire de Roberto Calasso, donde se traza el itinerario de influencias de este autor: un gran mapa cultural parisino.






                Una obra en la que, como una lluvia repentina, cada verso y cada retazo biográfico va refrescando nuestra piel.  Buscando refugio,  sólo alcanzamos a atisbar conversaciones fragmentadas de críticos literarios, filósofos, autores y artistas contemporáneos decimonónicos  que mantendrá su impronta aun cuando hayamos encontrado cobijo.  Ese cobijo será la propia obra, prácticamente un Salón Literario bellamente decorado con obras maestras pictóricas en el que todos los elementos se cruzan hasta conformar un gran tejido que da cuerpo a un texto metamorfoseado casi en novela.

              En definitiva, una obra inclasificable y genial, imprescindible para cualquier lector exigente.

miércoles, 23 de mayo de 2012

Sueños de Bruja

Cuando Tito del Muro me enseñó Sueños de Bruja me enamoré de las ilustraciones porque, he de decir, que Sylvia Vivanco me encanta. 


Después comencé a leer y, tras una interesante receta para curar el insomnio, conocí a tres brujas de colores que me conquistaron con sus travesuras y ganas de dar luz y vida a un mundo que era gris.


Quizás las historias sean para niñ@s grandes, aunque Escarlata, Añil y Bijol pueden convertirse en amigas de los más pequeños. En cualquier caso, merece la pena perderse por los sueños de estas brujas, aunque, tal y como reza la contraportada ... ¡Cuidado! Este libro está embrujado.


Por cierto, para quien tenga ganas de conocer a los autores y conocer un poco cómo se gesto este libro, el viernes 25 de mayo, a las 19:00 horas, estarán en la Casa del Libro de Hermosilla, 21 




martes, 22 de mayo de 2012

El misterio de la creación artística:

Un día, los estantes de la librería del museo Thyssen-Bornemissa me hicieron un regalo al mostrarme este pequeño libro editado por Sequitur entre dos grandes volúmenes de teoría del arte .


Son unas 70 páginas que contienen fragmentos de algunas cartas -pocas, la verdad-, una conferencia dada en Buenos Aires, el texto que dedicó al entonces recién fallecido Hugo von Hofmannsthal y el prólogo a un libro de Paul Stefan. El denominador común: la creación artística. 


Confieso que he perdido la cuenta del número de veces que he releído la transcripción de la conferencia del 29 de octubre de 1940 (¡Sagrado día para quienes tuvieron el privilegio de escucharle!)


El cronista y narrador -un día haremos una entrada sobre el Zweig narrador que te saca el corazón, lo amasa en la piel de un personaje que ama y se desgarra y luego vuelve a colocártelo en el pecho- se desnuda, presentándose como el hombre que se pregunta de dónde viene esa chispa de inspiración, ese don que parece casi místico, al que llamamos genio o creatividad, e intenta dar respuesta a una cuestión más que complicada pues, cómo él mismo explicó, "cuanto más nos esforzamos por profundizar en los misterios del arte y del espíritu, tanto más los admiramos por su incomensurabilidad".


Cierro los ojos y le imagino pensando en voz alta: "De todos los misterios del universo, ninguno más profundo que el de la creación. Nuestro espíritu humano es capaz de comprender cualquier desarrollo o transformación de la materia. Pero cada vez que surge algo que antes no había existido- cuando nace un niño o, de la noche a la mañana, germinan grumos en la tierra- nos vence la sensación de que ha acontecido algo sobrenatural, de que ha estado obrando una fuerza sobrehumana, divina. Y nuestro respeto llega a su máximo, casi diría, se torna religioso, cuando aquello que aparece de repente no es cosa perecedera. Cundo no se desvanece como una flor, ni fallece como el hombre, sino que tiene fuerza para sobrevivir a nuestra propia época y a todos los tiempos por venir- la fuerza de durar eternamente, como el cielo, la tierra y el mar, el sol, la luna y las estrellas, que no son creaciones del hombre, sino de Dios. 
A veces nos es dado asistir a ese milagro, y nos es dado en una esfera sola: en la del arte."


Acuden a mi mente los personajes de sus novelas o aquellos que realmente existieron, a los que jamás conoció, pero que supo resucitar en sus crónicas y biografías. Le imagino poseído por esa chispa genial que describe en otros, como si le fuera ajena, garabateando palabras frenéticas y engendrando delicias como El amor de Erika Ewald. Y, en un enfermizo ataque solidario, os invito a dejaros contagiar de una obsesión que os ayudará a estar un poquito más cerca de los genios. 









La literatura nos hará libres

            
            "En el tren que la conducía a Siberia, Ginzburg recitaba poemas a sus compañeras para distraerlas. Entra un guardia: oyó que alguien leía, y los libros estaban prohibidos. Ginzsburg asegura que está recitando de memoria, pero él no acaba de creerlo y le lanza este desafío: "Si lees media hora sin libro, y sin parar, te creeré. Si no lo consigues, todo el vagón irá al calabozo hasta Vladivostok". El vagón retiene el aliento: ¿Habrá que pagar por aquella experiencia estética?. Como una nueva Scherezada, Ginzburg sonríe y comienza a recitar Eugenio Oneguin... Media hora más tarde, le llevan un poco de agua para humedecer la garganta y ella continúa. La apuesta está ganada y todos, recitadora y oyentes, sienten que han ganado una pequeña victoria sobre el mal circundante. Ginzburg creerá en esta forma de resistencia hasta el final de su encierro: "Mi instinto me decía que, aunque mis piernas flaquearan, aunque mi espalda se rompiera bajo el peso de las angarillas sobrecargadas de piedras, en tanto que la brisa, las estrellas y la poesía continuaran emocionándome, yo seguiría viviendo"



Frente al límite Todorov





viernes, 18 de mayo de 2012

El procurador de Judea:

Hoy rescato una obra con la que, hará un par de años, Contraseña Editorial dio el pistoletazo de salida. El título El procurador de Judea, el autor Anatole France y, como premio, ilustraciones de Eugéne Grasset, prólogo de Ignacio Martínez de Pisón y postfacio de Leonardo Sciascia.


El viejo Lamia, plácidamente sentado, se dispone a leer el Tratado sobre la naturaleza cuando el paso de una litera le hace abandonar su tarea. Debido a que ésta tiene las cortinas abiertas de par en par, inevitablemente dirige su mirada hacia la persona que se encuentra allí recostada, descubriendo en su interior a un viejo amigo: Poncio Pilatos. 


A partir de ahí, tiene lugar un reencuentro en dos diálogos: uno en el momento anteriormente descrito y otro, más formal, en casa del procurador, durante una cena. Dos breves conversaciones en las que Anatole France contrapone la figura del que erró y aprendió de su error para convertirse en más tolerante y sabio, con la de quien cree haber hecho siempre lo correcto, padeciendo de esa ignorancia que acompaña a la prepotencia. No en vano escribirá Sciascia  que "la contradicción y la invención se hallan en la memoria de Aelio Lamia frente a la desmemoria de Poncio Pilatos (...). Libertino, pasional, tolerante, curioso, sabio que no reniega de la locura, Aelio Lamia, al contrario que el procurador y que el historiador, recuerda. Recuerda por amor, aunque sea por amor, por recuerdo de un amor carnal y sensual de una mujer de la vida. Todo lo que es amor conduce a Cristo, al cristianismo, y así como María Magdalena siguió a Cristo, siguiendo el recuerdo amoroso de ella, Aelio Lamia llega al recuerdo de Cristo. De modo que el escéptico France y su escéptico apólogo se rinden al amor". 


Y como de este extracto se deduce que el cuento va acompañado por dos textos que nos ayudarán a comprenderlo e ir más allá de lo que nuestra inspiración nos dicte, no os aburro más.  Simplemente, os invito a leerlo. 




miércoles, 16 de mayo de 2012

El niño perdido:

Esta entrada podría comenzar, al más puro estilo Wikipedia, con el nombre de Thomas Wolfe, su fecha y lugar de nacimiento/muerte y unos breves apuntes sobre sus primeros años de vida. Sin embargo, sólo nos interesa que fue el menor de ocho hermanos y que uno de ellos, Grover, le marcó tan intensamente que recibió un homenaje a modo de historia en El Niño Perdido. 
Porque Grover Wolfe, el hermano que se fue, irá siendo mostrado a través de la mirada del autor, de la voz de la madre, de Mabel Elizabeth, la hermana que tanto lo admiraba, y de si mismo.
Pero no esperéis una simple novela corta centrada en el recuerdo, no. Quien, como yo, se pierda entre las páginas de este breve escrito, tendrá la oportunidad de participar en una reflexión sobre el pasado, el presente y el futuro, sobre los cambios, las sorpresas y la ausencia; tocará el lado más íntimo y personal del autor, que abre parte de su alma mostrando recuerdos que caminan entre lo tierno, lo plácido y lo doloroso. Y lo hará siempre desde la belleza y sensibilidad más absolutas, con agilidad y a través de evocadoras pinceladas que nos permitan configurar un amplio todo en cuatro voces.


Una maravilla que nos ofrece la editorial Periférica y que, en algún momento, sé que os encantará leer. 


"He aquí un niño, mi centro, mi semilla. Y aquí la Casa. Y aquí la Casa escuchando. Y aquí la ausencia, la ausencia en la tarde. Oh, universo desnudo, lo sé: ¡aquí estoy!"